sábado, 1 de marzo de 2014

La intrusa

Si, soy yo, así me reconozco... una ladrona de vidas, de estados emocionales, de momentos íntimos, de sexos que gozan per se...
Si tuviera que explicar los motivos de mi estúpido comportamiento, alegaría que estoy buscándome, que preciso de espejos ajenos para reconocerme...
Pero es tan absurdo... ¿acaso alguien puede reemplazar mi sombra perdida por un yo encontrado?
Debo pedir disculpas por saber que no fluyes, que estás fría, mortecina... también por atender a tus pensamientos tormentosos...
No debo, pero aún más, no quiero, no quiero estar ahí, detrás de aquel que no me deja ver más allá  del cuero colgado porque bien me conoce...
Tan sólo me pido tener la suficiente lucidez para diferenciar un burro de un caballo alado, y aún así, tener la sensación de seguir soñando ayeres...




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