miércoles, 2 de octubre de 2013

Lo que le debo a las 50 Sombras (no tan sombrías)... de Grey



Acabo de tropezarme en FB con un reseña, de las mil que cuelgan al día, de la famosa y afamada Trilogía de 50 Sombras de Grey… 


Recuerdo como si fuera ayer que bajé a la tienda del hospital en busca de una bebida estimulante que hiciera más llevadera mi guardia, y acabé llevándome no sé cuántos periódicos y los libros en forma de tocho adornado que llamaron mi atención del escaparate… de hecho, lo mejor son sus portadas…

Por aquel entonces sólo se hablaba de ellos en las zonas de marujeo, y en un hospital, de eso hay mucho (podría decir que en casi cada habitación de las cuales yo era responsable, asomaba entre las sábanas alguno de los libros de la saga)… la gente andaba medio escandalizada por los teje-manejes del Sr. Grey y se postulaban opiniones varias sobre lo que se cocía en las camas de los respectivos… que si “mi marido no me hace esas cosas”, que “hay que ver la suerte que tiene Anastasia de haberse cruzado con semejante apolo rico y morboso”, que si “por Dios ( con Él nos topábamos en los cafés) cómo puede haber tanta perversión en el mundo (idea generalizada de una respetable señora que no había catado varón en los últimos 25 años y andaba algo perdida de las nuevas (¡qué tontería! Porque en este tema no hay nada nuevo bajo el sol…) prácticas sexuales de los jóvenes…

Confieso que en algún momento quise un Christian Grey en mi vida, o quizás una Anastasia, no lo sé… pero desistí de mi empeño cuando me leí el primer libro, con el segundo sufrí alguna que otra arcada de aburrimiento y ya el tercero lo leí por saber si era éste el que me iba a calentar un poquito…

Hacía dos años más o menos que me había leído “La Venus de las Pieles” de Leopold Von Sacher -Masoch y había un abismo entre ellos… éste libro si despertó en mi curiosidades y ansias por conocer e indagar en otras variantes del sexo, cosa que ya me había pasado en otras ocasiones y con otros autores, pues desde muy jovencita devoraba libros un tanto controvertidos sobre éste y otros temas, pero en particular, la Sexología, no sólo el sexo, sino la ciencia, siempre me habían parecido fascinante y atrayente, seguramente porque en mi casa se encargaban de mandarme a la cama cuando aparecían los dos rombos o se hablaba de algún tema de éstos… yo, como una “putilla rebelde” de actos y pensamiento, me “buscaba la vida por otro lado”….

Pero la casualidad y Grey me dejaron un bonito regalo un 30 de Noviembre… me dijeron que había un ciclo de charlas moderadas y dirigidas por mi escritora top-ten, Valérie Tasso, así que contacté con ella y me confirmó que venía a Almería…

Estuve días y noches  agradeciendo a los putos libros mi suerte… hacía años que seguía a esta mujer y había leído sus libros un veintena de veces sin exagerar… me parecía que tenía mucho talento, valentía, elegancia, inteligencia, seducción, belleza, misterio, magia… pero sobretodo empatía, no sé por qué la sentía tan cercana sin conocerla… era lo que más me atraía de ella, eso que despertaba en mí siendo una desconocida, al menos, personalmente…

Y llegó el día, la charla, las explicaciones sobre BDSM, las demostraciones pícaras, las risas, ese morbo, la firma de libros, las fotos,… pero antes ya nos habíamos conocido, cuando nos miramos nos conocimos, no hizo falta hablar, no en ese momento…. 

Y por eso, sólo por eso, le debo tanto a 50 Sombras de Grey… le debo el comienzo de una nueva etapa en mi vida, y sobre todo, le debo una muy buena amiga, la “francesa”… ah! Y también mi fascinación por el látigo de siete colas…












No hay comentarios:

Publicar un comentario