miércoles, 4 de septiembre de 2013

Dime con quién te acuestas y te diré quién eres...y qué te permito hacer...

Lo que nos define como personas parece ser que va desde lo que comemos hasta a quién nos comemos... carecen de importancia el resto de atributos como el comportamiento, los sentimientos, las buenas intenciones, la lealtad, el talento, el amor, la amistad, la capacidad individual, el intelecto...
Etiquetamos y juzgamos algo que no es tangible ni cambiable, algo que no tiene cura porque no encaja en una enfermedad, algo que forma parte de la esencia de cada individuo y que no es arrebatable... no se aprende ni se enseña, simplemente está...
¿Qué diferencia a un ser humano que tiene relaciones con una persona de distinto sexo a otra que pueda tenerlas con alguien de su mismo sexo?
¿Por qué existe tanto miedo, podría incluso pensar en un terror atroz a normalizar el concepto sin hacer diferencias significativas y discriminatorias?
¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Miedo a nosotros mismos? ¿Miedo a conocernos y darnos cuenta que hay algo más allá de lo que nos han enseñado por decreto?
¿Miedo a sentir asco de que nos guste algo que tenemos reprimido e interiorizado, de tal manera que ni siquiera es planteable sin causar una crisis existencial?
¿Cuándo nos daremos el gusto de sentir por sentir sin más? 
¿Por qué somos capaces de probar mil cosas estúpidas nuevas y distinguir qué es lo que nos gusta y lo que no, y no nos permitimos ni siquiera romper la curiosidad que nos supone una caricia entre dos personas del mismo sexo?
Porque no me creo que alguna vez no hayáis pensado en algo tan espantoso cómo rozaros con vuestro amigo/a, incluso lo hayáis hecho y ahora os despierte el pensamiento como pesadilla por las noches...
¡No pasa nada! yo lo he vivido y sigo siendo mujer, con atributos de mujer, con mi inteligencia intacta, mi profesionalidad intachable, mi capacidad para ser madre no juzgable por cualquiera y quizás por nadie, con familia, amigos, ligues, preocupaciones, trabajo, ilusiones, expectativas... lo mismo que tú que me lees...
No nos permitimos SENTIR, gozar con el cuerpo, experimentar sobre nuestra piel, vivir, ser libres, pensar sin limitarnos... estamos atados por la cuerda del miedo que nos aprieta y nos incapacita porque así nos han enseñado que hay que vivir... con una espada afilada acechando nuestras cabezas si nos salimos de la norma...
No me creo mejor que nadie, ni tampoco creo a nadie mejor que yo... no preciso de certificado de idoneidad para ser persona...
Pero me toca los huevos la falsa moral, o la moral en sí, que nos manipula y dirige ahogándonos para que no seamos, sólo parezcamos, como una nube o el neumático de mi coche... sin más visión que ver como se pone el día dejando lugar a la noche y sin más bocado que llevarnos a la boca que la decisión irrefutable de algún listillo que piensa, existe, y posiblemente, para desgracia de muchos... sea " maricón" en la calle, no en su casa (pero sólo de pensamiento, no vayamos a liarla)...

No hay comentarios:

Publicar un comentario