lunes, 20 de mayo de 2013

El ombligo de Venus... narrado por Marte, su amante...

Así fue como un día el dios de la guerra, Marte, acudió a mí para contarme una ensoñación, su propia y actual realidad... 
Comenzó diciendo:
"Umbelicus Rupestris" u ombligo de Venus, planta conocida por su elevado poder vulnerario y cicatrizante...
Pensativo continuó... pero no voy a hablar de ella, al menos, no directamente... aunque me sirva para cerrar y curar heridas aún no marcadas en mi piel...
Prosiguió...Venus, diosa romana del amor, la belleza y la fertilidad... su homóloga griega, Afrodita, bastante más cruel en su sensualidad, que no es poco...
En honor a ella se dio nombre a un planeta, uno de los más cercanos al Sol, a la luz, al calor, al fuego...
Con Venus tuve dos hijos y fui feliz, pero ella quedó en el pasado, allá donde la Mitología es un mundo vivo aún...
Algo compungido dijo... aquí en la Tierra, donde no se cómo he venido a parar, he conocido a una nueva Venus, que tiene un ombligo donde me he perdido y no se salir o no quiero...
dentro se está bastante bien, cuando ella está conmigo, lo tengo aparentemente todo menos a mí mismo...me explico... no llegué hasta aquí por casualidad, fue algo buscado por mí y la inercia que despertaba su canto nocturno... creía que llegando hasta su ombligo me sería más sencillo poseer su don, su dulzura, su esencia, su olor... estando tan cerca podía sentir cómo latía su corazón, recordaba lejanamente aquel amor con la mujer que me dio dos hijos...
Y ahora yo, dios de la guerra, con la única fortaleza que es mi armadura, me hallo rendido a sus encantos mundanos...
Esa mujer pagana robó mi voluntad de dios, de tal manera que ahora soy un simple mortal perdido en ese ombligo profundo y oscuro...
Tengo miedo, tanto que mis piernas se han paralizado y mi brazo sostiene la lanza que sólo es capaz de acabar con mi vida...
Rompió a llorar como un niño... y entre balbuceos me pidió que acabara con ese abismo escribiendo su pequeña historia... estaba seguro de que el viento se llevaría las hojas escritas y a la vez lo devolvería de nuevo a su mundo de dioses y luces...
Me conmovió tanto que así lo hice, escribí durante toda la noche lo relatado por aquel medio dios- medio hombre... y efectivamente, al amanecer, una ráfaga de viento se llevó las hojas, dejando al lado una lanza que manuscribía en el aire ésto mismo: "Yo, Marte, habiendo recuperado mi deidad, dejo mi hueco en el ombligo de Venus a algún mortal que, más valiente que yo, se aventure a temer y a gozar la única pasión que he conocido... seguramente, la única que conoceréis que os hará sentir dioses en un mundo de hombres".

2 comentarios:

  1. Venus no podía tener ombligo, hay que leer mejor ...nacida de la espuma del mar...error histórico
    (como Adán Y Eva, por cierto)
    ...y no es la única deidad griega que no debería tenerlo

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    1. Hola anónimo...no pretendo escribir con rigor histórico, no es mi idea...yo hablo entre sueños con las hojas en blanco, sólo eso...Gracias por tu apreciación

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