sábado, 18 de mayo de 2013

¿Erótica del poder o poder de la erótica?

Según la RAE, este primer término hace referencia a la "atracción y excitación muy intensa que se siente ante ciertos estímulos o figuras de poder como la fama, el dinero, el glamour...o el mismo "poder" como estructura propia". 
Dicen que el "poder" es uno de los mejores y más antiguos afrodisíacos, que pocas cosas producen tanto apego y excitación... Yo pienso que es la lacra más grande que puede cargar un ser humano incapaz de entender que el mayor y verdadero poder estriba en ser dueño de uno mismo (ya lo decía Séneca)...
Se sabe que detrás de cada hombre poderoso hay una o ciento una mujeres que caen rendidas o jodidas ante ese maravilloso vértigo... (se entiende que da igual el sexo del poderoso y su séquito de perros falderos)...
Dicen que esta erótica presenta dos vertientes, por un lado la propia atracción que siente el poderoso por dirigir, controlar o seducir, entre otras cosas, corazones y cerebros bajos en autoestima y por otro lado la excitación irremediable que sienten los demás por esas "deidades" capaces de arrastrar hacia los abismos del glamour y la novela rosa (de Ana Rosa, o quien coño esté de moda televisivamente en estos momentos) con esa sutileza que desprenden los billetes de 500 euros mojados en Moët & Chandon, por decir algo, y encima o debajo, ya lo que se prefiera, convertir a personas absolutamente anodinas en objetos de deseo...
Para mí, el único poder que me seduce, es aquel que hace que tenga que poner mis bragas en cuarentena por el impulso irrefrenable de quitármelas más que ponérmelas...
No me ponen en absoluto el dinero, la fama, famoseo y famosismo, la barba de Rajoy o las alzas de los zapatos de Sarkozy... No soy de las que sucumben a las altas esferas ni derredores, soy más de putones de mercadillo que despiertan ese morbo por lo natural dejando a un lado lo recauchutado...
Por eso uno de mis credos es el poder de la erótica, simplemente todo lo que me excita por encima de mi autocontrol vagino-clitoriano, venga de donde venga (entiéndase desde el pescatero de mi barrio con el poder de transformar un besugo en una obra de arte, pasando por Dora la Exploradora y Cospedal cuando está simpática... hasta llegar a lo más alto que mi imaginación pueda albergar en lo que se refiere a poderosos/as del ayer, hoy y mañana) y le pese a quien le pese, por supuesto...
¿Qué coño? Ambiciono que me seduzcan el cerebro hasta tal punto que me desentrañen y saquen de mí misma lo desconocido y lo que conozco, al ritmo de vaivenes de caderas y otros movimientos que ya quedan a la imaginación de cualquiera... 
Con perdón de la expresión, que me "follen" el coco (como bien dice alguien a quien aprecio mucho) es algo tan atrayente como lo podía ser para Santa Teresa sus rezos y salmos que la llevaban a sus momentos de éxtasis absoluto (la comparativa no es algo peyorativo para almas religiosas ni fans de la Santa, es mi poca capacidad para pensar con claridad a las 6 de la mañana tras soñar repetidamente con mi objeto de deseo muy deseado que deseo desear el resto de mi vida)...
Si de mi dependiera , le cortaba las pelotas a los poderos@s y los dejaba en cueros físicos y mentales para darles unos buenos azotes, los justos por si encima les gusta, por osados y gilipollas, por pervertir mamarrach@s y por no saber seducirme como Dios manda, joder...

(Texto dedicado a todas las almas que yacen entre sábanas de seda imaginaria en noches de desahogo...)

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