Te he construido una ciudad llena de recovecos con instantes vividos entre los dos...
Cada uno de sus elementos tiene la magia que trajiste aquel día que nos vimos por primera vez...
Está compuesta de casitas hechas con pequeñas pestañas que has ido dejando en el camino...
También he utilizado lágrimas y hojas en blanco ensambladas entre las telarañas que sujetan el falso cielo...
La luz procede de tu reflejo en el espejo... la oscuridad es provocada por la ceniza desprendida de la melancolía...
Los vasos rotos de aquellas noches infames me han servido como telón de fondo y sostén de una arquitectura mal realizada...
No hay consuelo en sus calles, la anhedonia persiste a pesar de la primavera acontecida...
El olor a incertidumbre se hace insoportable... se escuchan voces delirantes que parecen decir tu nombre... o eso imagino yo...
Los habitantes son tus miedos que voy modelando y transformando en besos ya dados...
No sufras más amor... te regalo la libertad que necesitas porque ahora eres aire enjaulado... Mañana cuando despiertes, tendrás tu ciudad del alma en el hueco de la cama que habré dejado... es un acto de amor que bien vale mi sacrificio de no verte más...
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