miércoles, 27 de marzo de 2013

Dichos y hechos...

Es cierto el dicho de que "el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra"... lo peor es que no son dos ni tres, pueden ser cientos... 
¿Por qué ese comportamiento reiterado y perjudicial? ¿Por qué no existe aprendizaje, y si lo hay no es efectivo? 
Obviamente no soy experta en ciencias del comportamiento humano, ni lo pretendo, por el momento... 
Mi experiencia personal me ha hecho pensar que ante tales situaciones repetitivas, aun sabiendo que puedan resultarnos nocivas, existe un refuerzo positivo que nos bloquea la razón y nos lleva al punto de partida una y otra vez... 
Imagino que detrás del "falso" refuerzo positivo, hay montones de carencias afectivas, una no tolerancia a la frustración, falta de asertividad y habilidades sociales, así como de estrategias de afrontamiento... 
Todo lo anterior conforma a un individu@ inseguro, inmaduro y sin una autoestima consistente, capaz de establecer relaciones de dependencia afectiva y emocional, convirtiendo su existencia en una vorágine de luchas internas entre lo que le gustaría hacer (fantasía) y lo que hace (deseo)... 
Así que sin ser del todo conscientes, nos hemos introducido en un laberinto emocional desgastante del cual es bastante complicado salir, aunque no imposible, por supuesto... 
Creo que es importante llegar a hacer una profunda reflexión con el fin de: 
1) Tomar conciencia real de que existe un "problema", que si no se ataja de forma temprana, es capaz de engullirnos hasta la anulación personal. 
2) Darnos cuenta de lo que queremos de verdad para nosotros, sin medias tintas, sin engaños, sin falsos refuerzos... 
3) Ser capaces de colocar, en este caso, al codependiente, en el lugar real y actual que está viviendo, sin fantasear... a la misma vez, colocarnos nosotros mismos enfrente para ser capaces de desmembrarnos del lazo afectivo sin perder de vista la distancia establecida que nos va a ser muy útil para mantenernos alejados del vínculo, al menos, por un tiempo... 
4) Cuando se ha llegado al punto de reidentificación personal, cuando hemos sido capaces de recuperar nuestro "yo", es el momento de SOLTAR sin mirar atrás, cerrando bien la puerta y finiquitando esa etapa personal... 
Quizás en este punto, sería interesante pararse a reflexionar de nuevo y pautar ciertos límites infranqueables entre el ahora y el pasado... es decir, convenciéndonos que las medias tintas no existen, no son viables... un consumidor/adicto no puede volver a probar la sustancia jamás, porque alguien que ha sido esclavo/adicto de algo o de alguien siempre será vulnerable a recaer, y no es por capricho, es que simplemente, es así sin discusión... 
Lo importante y fundamental es no tener miedo a vivir nuevas experiencias para poder seguir evolucionando sanamente tras habernos desanclado de las ataduras del pasado... A veces, y sólo a veces, la fantasía y el deseo deberían solaparse...

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